No te buscaba pero te encontré.

Sabes que moriría por retroceder en el tiempo y volver a vivir esas noches, noches en las que sonreíamos a la pantalla sin motivo alguno quedándonos hasta las seis de la mañana. Porque cuándo oigo tu nombre un escalofrío recorre mi cuerpo, que echo de menos tus absurdos comentarios, esos que me hacían reir sin saber por qué.
Que echo de menos tu sonrisa, que con solo recordar tu voz una estúpida sonrisa aparece en mi cara, que por mucho que intenté resistirme, caí de cabeza. Que sabes que aunque me parezca ridículo, me tiemblan las manos al escribirte un mensaje y por eso me fastidia tanto cuando tardas en contestarme. Que has invadido mi mente, y recorrería mil kilómetros por verte otra vez.

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